Cuando el dorado sol se encuentra a nuestros pies, de la franca tierra el corazón debatiente al nacer del buen camino; un encuentro entre la calma que borda el suelo acariciando sus deseos nos anima adentrar se es ahora tu tiempo remoto encontrando las pesquisas templarías del acaramelado calor por la arrolladora puerta a pasar tiempo contra espacio al infinito; del digno, contemplará y pasará liviano sobre montura por menor que sea, el castigo cesa el hastío también. En una casta de divas, las montañas deseosas que te harán permanecer de pie.
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