jueves, 19 de junio de 2025

Con el nacer del nuevo mundo.

 Sembrar y no cosechar plegarias que traicionar del que no dispensa en verbalizar sus encuentros con la madre tierra señala y apunta al abovedado circo dantescamente preso del deseo cruzando tramas con comulgas disociaciones de tramperos polvorientos llamados a las tropas de ejércitos taurinos de plazas que llenar hastiosas de talmudes murmurantes pernoctando hacia cada calaverado astro sin origen, pues suplir la trampa de presidios contra los disfraces de las sociedades alberga cada vez que neutralizamos el pensamiento al unánime choque sombroso de los de más.

  Parecer albergado del sistema paternalista se acontece desde el remoto coincidir señalando desde confrontaciones al distante disoluto de albedria que envenena al paladar, distancia lo real de lo imaginario y sucumben cumbres desolladas entre ellas por permanecer tan solo sin sed de verter.   

  Los tardíos medios que por tecnólogos de nuevas técnicas comunicativas disocian y razonan por el cual discrepar tal vez por el hecho de que las estrellas en cada vez que se adumbra un nuevo ser en su existencia cual quiera que sea su pertenencia se averigua razonando que el mundo zodiacal y su astro cae cada vez mas humano y el hombre menos animal, o al menos así debería de ser. Por ello sucumbe los radios de estrellas queriendo nacer de un alma noble y no sentir mas que culminando el bien allegado tiempo en una nueva vida en la que a lo alto se fija su mirada, razonar sobre esto sorprende al suspicaz pretexto de pretensión avanzando cual descascarillar primero para en tenuidad inducida al genuino sueño a medir del discipulita, alberga razón altruista, diferida importada de cualquier otra mente abierta, al simbolismo de arduas borrar cívico pero antisocial, profiriendo cavadora vadeo a la originalidad del nacer; a una montaña llamada solo montaña.. .     .                         

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