Aprender que uno es capaz de perdonar al prójimo solo amando el odio que guarda un secreto nos hace velar banalmente por los demás, ademán de pocos que se asocian por suponer sean conocidos entre ellos.
Figurar como un observador no es necesario en el velo que fue telón disipando las dudas para conseguir ese mejor objetivo, llamado enfoque de soluciones, luces que se van, vislumbrar disfrutando la confusión hacia el nuestro nostálgico recuerdo, corazas y temples, aunados presentes si semejantes fueron desde ti "guionista".
En las aulas hay mejores respuestas, correspondencia entre ambos encuentros sus extremos; pero no mayores soluciones, por ello de quien aprendimos son los que se llaman maestros!
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